A mi no puede engañarme ni con eso ni con nada, con eso porque lo vi y con lo demás porque conozco esa carcoma que tiene, ese comezón en el pecho como de caballo a punto de encabritarse pero que no acaba, no acaba, y al final no se desboca.
Carcoma, Layla Martínez
¡Ay! Las casas… Esos lugares tan íntimos como el propio cuerpo, tan ausentes como los no- lugar que representa un aeropuerto o tan adictivas como cualquier relación codependiente. Representan un espacio, un cuarto propio, una clase social, una vida precaria u opulenta. Un lugar donde caerte muerta o donde esconder a tus muertos.
Que todo lo que lleva la firma de Layla Martínez es señal de garantía en esta casa es cierto, su Utopía no es una isla nos ha dado un mapa mejor en el mundo para soñar con esos lugares posibles y pensarnos, pensarlos como ciertos; su proyecto a cargo de la Editorial antipersona y los talleres que imparte sobre literatura o cine son siempre lugares de enriquecimiento y aprendizaje para quien os escribe.
Ahora bien, no sabía que iba a encontrarme ante esta primera novela de la autora, Carcoma, editada por Amor de madre, de quienes también hemos tenido oportunidad de conocer y leer como se enfrentan en su línea editorial a su visión del mundo.

Carcoma habla de los fantasmas, de los que vemos y de lo que sabemos que existen, aunque no se aparezcan ante nuestros ojos, habla de la clase social, de privilegio, de la violencia económica que se ejerce generación tras generacion en algunos lugares. Carcoma es un libro de horror y es un libro político que te hermana con otras autoras como Fernanda Melchor, María Fernanda Ampuero y Samanta Schweblin. Layla Martínez abre los cajones de historias pasadas, se las reapropia, ficciona, y te pone la violencia ante los ojos, de una forma muy cercana a la ficción especulativa/realismo mágico latinoamericano, pero no, no, no es así, porque todas somos mujeres, todas tenemos historias enraizadas de las que no podemos liberarnos, todos los paises sangran bajo su tierra. El geotrauma está en nuestra piel y estamos escribiendo sobre ello.
Carcoma habla de los fantasmas, de los que vemos y de lo que sabemos que existen, aunque no se aparezcan ante nuestros ojos, habla de la clase social, de privilegio, de la violencia económica que se ejerce generación tras generacion en algunos lugares.
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Empecé a leer el libro y no pude soltarlo hasta que lo terminé, al igual que este post que escribo pocas horas después de haberlo terminado, eso no significa que sea mejor o peor que otros libros ( aunque es magnífico), significa que pide urgencia, que genera arcada y se vomita. Lo tienes que leer como la sangre que fluye y escribir sobre él como hablan los armarios , los cajones, las puertas de la casa, ese otro gran personaje de Carcoma, esa casa donde las piernas y los pelos de los muertos desaparecen y aparecen por las esquinas.
Abrazar la realidad, abrazar la violencia, no negar la sangre de las cunetas. Queremos más. Tenemos sed de venganza.
Puedes hacerte con este libro en tu librería preferida o en la web de la Editorial Amor de Madre.
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