Si analizamos la campaña Voces en igualdad, que ha puesto en marcha la agencia Tango junto a la Confederación Nacional de Mujeres en Igualdad y la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE), la respuesta es, por desgracia, sí.
Resulta que si te fijas, en todos los asistentes de ayuda virtual con los que te encuentras, desde Siri (Apple) hasta Alexa (Amazon), desde Irene (Renfe) hasta Sara (Correos), las voces que oyes son femeninas.
Parece ser que si la voz va a dar información como avisos de metro, aeropuertos o autobuses, puede usarse indistintamente una voz masculina o femenina, ya que ambas no aportan nada extra al dato sobre el que informan; pero si hablamos de «asistentes», esto es, de solucionar problemas, las voces suelen ser femeninas, lo que mantiene el estereotipo de que las mujeres somos las sirvientas. Sin ser asistentes virtuales, el GPS de Google o la voz robótica que te atiende cuando llamas a bancos como ING, por ejemplo, en la mayor parte de los casos es femenina.

En el cine también hemos visto cómo este estereotipo de la mujer virtual servil y sumisa se mantiene. Ahí están los ejemplos de Her, donde el personaje interpretado por Joaquin Phoenix se enamora de su asistente virtual, o de Blade Runner 2049, donde Ryan Gosling tiene una novia programada por ordenador. Pero si hablamos de ordenadores con poder, que sean capaces de tomar sus propias decisiones, como el Hall 900 de 2001: Una odisea en el espacio, las voces son masculinas.
Esta campaña pretende crear conciencia, y ha empapelado Madrid con las frases que habitualmente decimos a estas asistentes virtuales y que, si las descontextualizas de tu dispositivo electrónico, sí, suenan un poquito machistas.
Antes de que Amazon, Microsoft o Apple lanzaran sus asistentes al mercado hicieron varias encuestas y estudios de mercado en las que se concluyeron que se confiaba más en un asistente virtual si su voz era femenina. Es un problema de la sociedad y de los roles vigentes. Por el momento, Siri ha actualizado su software, y ya puedes cambiar su voz a una masculina, aunque la femenina sigue estando por defecto, al igual que sucede en Google Home.
Correos ya se ha hecho eco de la campaña, se ha puesto la pila y ha comunicado que ya está diseñando a Alberto, su asistente masculino, como respondió en Twitter a la campaña.
Si quieres participar, puedes compartir estas y otras desigualdades tecnológicas de las que seas consciente con el hashtag #vocesenigualdad, o compartir su campaña en todas tus redes sociales.
Estas pequeñas batallas son la base para lograr, entre todos, una sociedad más igualitaria y más justa. Lo más enriquecedor del feminismo es ir descubriendo los focos de desigualdad, tomar consciencia diaria entre todos, e ir cambiando nuestras rutinas. Algunas cosas que, aparentemente son poco importantes, siguen perpetuando unos roles obsoletos que queremos que desaparezcan. Así que cámbiale la voz a tu gps y ponle la de Chiquito de la Calzada: te reirás más y no contribuirás a que siga habiendo tanto machismo.
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