Aunque ya hemos hablado aquí de la indiscutible importancia de hacer tribu con otras madres, sobre todo si eres primeriza y te has encontrado con una criaturita entre tus brazos a la que tienes que mantener con vida, hay veces que los grupos de WhatsApp se convierten en verdaderas micro-sociedades donde cada miembro adopta un papel. Previa aclaración de que cualquier parecido con la realidad de nuestras tribus es una mera coincidencia, vamos a analizar los tipos de madres con las que, seguro, todas nos hemos encontrado alguna vez.
La majísima: Joder, qué tipa tan encantadora. Siempre está ahí cuando alguien tiene alguna duda, da igual la hora que sea, y siempre atiende a las demás con buenas palabras. Da gusto tenerla en el grupo. Es más, da gusto tenerla en tu vida.
La que lo sabe todo: Su bebé tiene más o menos la misma edad que el suyo, pero tú estás más perdida que un pulpo en un garaje y ella sabe resolver todas las situaciones de la mejor manera posible. Ha pasado muchas horas de su baja leyendo libros sobre maternidad y crianza, y ahora pone en práctica todos los consejos. Resuelve movidas, pero resulta un poco cargante.
La que solo envía links: Se pasa la vida leyendo artículos sobre bebés (o peor, sobre enfermedades en general), y piensa que el resto del grupo quiere también pasarse la vida así, por eso los reenvía TODOS. Su propósito es informar a las demás con todo el cariño del mundo, pero a menudo hay personas que no terminan de creerse que el cáncer puede curarse con nueces o no tiene curiosidad por descubrir ese punto 7 que te sorprenderá.
La de las fotos: Mi hijo ha hecho caca blanda. Foto. No sé si mi hija pasará frío con este pijama. Foto. ¿Creéis que pueden comer kiwi? Foto. Le está saliendo un diente. Foto de un manchurrón rosa en el que no se ve nada. ¿Pero cuánta capacidad de almacenamiento (de chorradas) tiene el teléfono de esa chica?
La hater: Desde que es madre, no hace otra cosa que quejarse. Que si a tal cafetería no vayáis porque no tiene rampa, que si la caja preferente de embarazadas de Carrefour es una mierda porque no puedes pasar con carrito de bebé, que si el ambulatorio está masificado, que si las plazas para carros en el autobús no son suficientes… el caso es protestar por todo. Probablemente era así antes, pero no la conocías.
La del «que se mejore»: No hay bebé enfermo en el grupo por el que se olvide de preguntar. Hace cada noche un repaso y pregunta uno por uno, deseando fervientemente que se pongan buenos. ¡Y hace lo mismo si alguna madre se pone mala también! Es un gesto cariñoso, pero seguro que tiene un mensaje estándar escrito y solo le da a CTRL+V cada vez.
La de las dudas: «¿Vuestros hijos han estado X días sin hacer caca?». «¿Les salen mocos verdes o líquidos?». «Los cereales… ¿en papilla o en biberón?». «¿Cuánto tiempo hay que darle sin gluten antes de introducírselo?». «¿Cómo le habéis dado a probar el brócoli?»… y así, sucesivamente. Es un tipo de madre que no decide, copia a las demás, y oye, quebraderos de cabeza que se quita.
La vieja del visillo: En todo grupo hay gente que está pero que no participa en ni una sola conversación, pero si pruebas a pulsar «info» sobre algún mensaje que hayas enviado, siempre aparece como que lo ha leído. Es un ser misterioso que está ahí desde el principio porque alguien la metió, pero que jamás dice ni mú.
Próximamente, ¿Quién es quién en el grupo de WhatsApp de madres? LA SECUELA… stay tunned.
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