Tras empezar a clasificar aquí muchos de los posibles perfiles de madres en un grupo de WhatsApp, decidimos hacer este segundo post. Que esto es muy divertido, oyes. Sin más dilación, aquí van otros ocho tipos de madres con las que fijo que te has topado alguna vez:
La penas: Todo es malo siempre, todo es imposible para ella, todo es un mundo… puede que en su cabeza tener un hijo era como tener un Tamagotchi y se haya llevado el peor chasco de su vida, pero estar lamentándose de todo 24/7 a semidesconocidas vía mensaje de texto, agota. Agota al resto, quiero decir.
La que vive más allá del grupo de madres: Nadie entiende cómo sabe estirar su tiempo con un bebé, porque ser madre no le ha impedido viajar, hacer planes con amigxs, conocer restaurantes, probar sitios donde hacerse la manicura, y recomendar series, libros y películas. Puede ser un buen oráculo que consultar si necesitas información de algún lugar bebé friendly: los conoce todos.
La #nofilter: Dice lo que se le pasa por la cabeza… para lo bueno y para lo malo. Es tremendamente sincera y, aunque su opinión pueda parecer algo brusca, puede que sea una de las más sensatas, porque no es de esas que va a decirte «ay, tienes como carita de cansada…», más bien se acerca y te suelta un «joder, tía, o te has pasado la noche jincando y no has dormido o tu bebé es la reencarnación de Satanás, porque menuda zarria estás hecha hoy». Amadla, que esa es de las buenas.
La que siempre contesta: No importa si haces una pregunta o cuentas una anécdota a las 4 de la tarde o a las 4 de la mañana, porque ella vive pegada al teléfono y te contestará al nanosegundo, aunque solo sea para ponerte una fila de emojis de la risa. Hace compañía en esos (escasos) momentos en los que el grupo es un páramo desolado por el que solo circulan bolas de paja.
La de «mi hijo es buenísimo»: Por si no ha quedado las 76345675234 veces que ha presumido de que su bebé duerme 8 horas seguidas desde que tenía 15 días, ella se empeña en presumir de hijo modelo cada vez que a alguien le surge una duda. «¿Que tu hijo no quiere comer? No te puedo ayudar, el mío es un tragón», o «Ah, ¿que tiene fiebre? Ni idea, mi churumbel jamás se ha puesto malo». Tenemos una teoría acerca de las personas a las que todo siempre le va estupendo: no te las creas.
La que aparece solo de vez en cuando: Pasa, saluda, pregunta qué tal, le felicita el cumplemes a algún peque si procede… pero poco más. Algo más activa que la vieja del visillo (poco), no molesta y, en ocasiones, sorprende demostrando que algún mensaje que otro sí que hay leído. Encima es que es maja la jodía.
La adoctrinadora: No hay dato que se le escape y, sobre todo, nunca tiene suficientes consejos para regalar. Porque para ella solo hay una manera correcta de entender la maternidad, y esa es la suya. Ojo al preguntar alguna duda, que intentará por todos los medios que hagas lo mismo que ella… «por tu bien».
Y, para terminar… (redoble de tambores)
El troll: Seamos sinceras, en todos los grupos hay un troll. Y tenemos una mala noticia: si en tu grupo de WhatsApp de madres no lo encuentras, es que el troll eres tú.