La increíble historia del publirreportaje basado en culpabilizar a las mujeres.

Es un hecho que, hoy día, cuando una marca quiere anunciarse en un medio, muchas veces busca integrar en este su contenido por encima de un mero anuncio. Y más, si esto sucede en un medio digital, porque ¿quién quiere pagar por un incómodo banner pudiendo patrocinar un artículo firmado donde se hable de las maravillas de la empresa pagadora?

Todos estamos de acuerdo en que, con medida, esto no tiene porqué ser una mala práctica pero, en el momento en el que en enfoque del texto está centrado en culpabilizar a las mujeres, ay amigas, aquí todo cambia. Estamos hablando en concreto de este artículo, publicado hace unos días en la edición digital de ABC y, claramente, patrocinado por la Fundación Jiménez Díaz. Al igual que sucedió hace unos meses con otro texto de El País donde manifestamos que así no se ganan clics a nuestra costa, de nuevo se vuelve a utilizar a las mujeres como gancho para abrir debate.

El titular reza que «un alto porcentaje de las mujeres del baby boom de los años 70 no tendrá hijos», y a este le acompaña un subtítulo en el que se lee «una especialista advierte que esto implicará un descenso en el índice de fecundidad y, por tanto, de la natalidad».

Resulta que una especialista culpa de la bajada de la fecundidad a muchas mujeres (¿qué alto porcentaje exactamente? porque no lo especifican ni siquiera en el texto) que han decidido no ser madres, siendo estas hijas de un considerable aumento de la natalidad 40 años atrás. Menudas putas de Babilonia. Sus madres procrearon por encima de la media para poblar el planeta y ellas, egoístas de mierda, han decidido cortarle las ramas a su árbol genealógico. Maldita libertad de elección de las mujeres, que puede acabar con la raza humana. Porque claro, no tener hijos es una decisión que tomamos nosotras de manera unilateral. No hay porcentaje de hombres que no tienen hijos. Y de todos es sabido que nos preñamos por esporas, que nos fecunda el aire.

Tras esta pulla, ya nos metemos en la publi pura y dura, y el texto (impreciso en datos) habla de la edad media en que las mujeres tienen hijos, bla, bla, bla, y de un nuevo sistema de gestión de la Unidad de Reproducción Asistida de dicha clínica.

Y claro, la pregunta es… ¿es necesario usar el gancho de que hay mujeres que han decidido no ser madres para que una clínica de reproducción asistida hable de sus grandes méritos? Rotundamente no. Son dos situaciones opuestas; por un lado están quienes no quieren experimentar la maternidad y, por otro, quienes quieren tener hijos pero tienen problemas para concebir de forma natural y deciden recurrir a ayuda externa.

Respect total hacia ambas situaciones, por cierto. Lo que no nos merece tanto respeto es el vender publicidad en los medios a toda costa, cuestionando una vez más las decisiones de las mujeres. Señores, esta técnica ya huele.