Serena Williams se ha convertido en la inesperada protagonista del US OPEN tras una polémica durante la final del torneo en la que, debido a su salida de tono, ha sido penalizada con una simbólica multa de 17.000 dólares (simbólica porque solo por el hecho de llegar a la final ya se ha embolsado más de un millón).
Serena reclamaba que la actitud del juez había sido sexista, al quitarle un punto debido a unas supuestas indicaciones recibidas por su entrenador desde las gradas, cosa que está prohibida en este tipo de competiciones. Si bien, y a juzgar por las imagenes, parece que quizá Serena no tenía razón, hay muchos motivos por los que la tenista ha llegado al límite de sus fuerzas y ha decidido alzar la voz para denunciar la desigualdad y la presión diaria que sufre por ser mujer en este deporte.
Hay muchos motivos para amar a Serena Williams. Aparte de ser la mejor tenista de todos los tiempos, es una persona concienciada con su realidad y siempre demuestra tener un par de ovarios cuando no esta de acuerdo con algo. Nunca ha tenido problema en reivindicar el sexismo o racismo que sufre en el deporte en el que reina. Ha denunciado las desigualdades salariales entre hombres y mujeres, exigiendo un pago equitativo por su desempeño deportivo, no por su género. También se ha hecho eco de cómo, a pesar de ser la deportista con mayor prestigio, las marcas eligen más a otras tenistas blancas para promocionar sus productos.
Fue de las primeras figuras públicas en hablar acerca de la menstruación de las deportistas, a pesar del tabú que despierta el tema. En 2009 firmó contrato comercial con Tampax, no exento de polémica, para promocionar con naturalidad este producto dentro del mundo del deporte.
Recientemente ha estado envuelta en una polémica con la Federación francesa de tenis por uno de sus trajes. En el último Roland Garros la tenista lució un mono de cuerpo entero que ayudaba a su ciculación en plena recuperación postparto. Serena fue madre en septiembre del año pasado y pasó por un duro parto con complicaciones que derivaron en coágulos pulmonares. Tuvo que guardar reposo durante seis semanas, y las complicaciones derivadas aún le pasan factura.
Después de tan solo cuatro meses de dar a luz, volvió a reincorporarse a la pista pero aún tiene secuelas físicas.
Ante esto, la ganadora de 23 Grand Slam fue clara:
“Vivimos en 2018. Es importante ser uno mismo, libre. Y, además, mi ropa tiene una función curativa”
Las críticas a su indumentaria han trascendido el mundo del deporte y aunque Rafael Nadal (que será un gran deportista pero es una persona de mierda) también ha declarado estar en contra de su atuendo, ha servido a Nike para hacer una de las mejores campañas online a favor de la tenista (y de paso a favor de vender unas cuentas camisetas).
Aunque la campaña más bonita de la marca con esta tenista nos parece esta:
La reacción de Serena Williams ante las criticas sexistas a su atuendo no se han hecho esperar y en el US OPEN ha aparecido con un traje de tenis que tenía cómo falda un tutú. ¿Me queréis femenina y sexualizada? Pués me planto un tutú con todo mi coño y encima voy ganando partidos sin despeinarme la coleta. Por todo esto y mucho más, amamos a Serena Williams.
Sobre la polémica de la final del torneo, Selena Williams ha recibido apoyo incondicional no sólo de su contrincante en el partido y ganadora, Noemi Osaka, sino también de una de las mayores activistas que ha tenido este deporte en defensa de la igualdad, Billy Jean King, que decia en su twitter:
¿Ha perdido Serena entonces?