Existir desorientado. Mi madre me cuenta que cuando era pequeñe me observaba a través de la verja del colegio y allí estaba yo, con mi baby inmenso, dando vueltas en círculo, desubicado, perdido en la inmensidad de ese mundo-todo que es el patio de un colegio. Esa sensación de desorientación, de estar pisando un suelo fácilmente quebradizo me acompaña y muchas de las baldosas que he ido pisando tienen una esquinita rota. Hago relecturas y encuentro casualidades en casi todo, por eso deduzco que mis caídas y tropiezos habituales tienen algo que ver con esa inestabilidad y desequilibrio con el que he ido creciendo.
La desorientación acompaña a la duda y esta a las preguntas, y quién sabe si también era y sigo siendo un niñe queer. De lo que sí estoy seguro es de que cuando los viernes de los últimos años se acercaba la hora de leer la columna del escritor, profesor y activista Víctor Mora Gaspar –en el blog 1 de cada 10– la leía con mucha atención. Tenía muchas ganas de que llegase esa mañana de la semana porque podía sentir cómo el peso de la herida era menor, me concentraba mucho en su lectura porque algo se ensanchaba en mis pulmones, una esperanza y conciencia nueva me daban cobijo, refugio. En los textos de Víctor Mora siempre hay afecto.

Está aquí, ha llegado septiembre y ya podéis encontrar en vuestras librerías amigas el nuevo e inevitable libro de Víctor Mora Gaspar ¿Quién teme a lo queer?, editado con la suavidad, la mirada comprometida y el deseo de un porvenir ampliado con el que siempre trabajan las amigas de la editorial Continta me tienes.
¿Quién teme a lo queer? forma parte de la nueva colección #cuerpas: escritos de filosofía política y social, desde y para el cuerpo, cualquier tipo de cuerpo.
Los cuerpos apropiados e inapropiados, los cuerpos vivos, los cuerpos que importan, los cuerpos que pueden ser llorados, los cuerpos que se desparraman, que se salen, que gritan, que habitan en lo frondoso de las fronteras, en los márgenes, que ocupan un espacio y que reivindican una existencia política. El afecto y la política y la reivindicación de la memoria se ensamblan en el libro de Víctor Mora Gaspar, junto con el análisis del reconocimiento, de las identidades, de los deseos y del texto. Frente a la tentación totalizadora y la reacción conservadora que todo lo quiere seco, rígido, cerrado en categorías asfixiantes y en marcos estrechos, y que han utilizado la noción de naturaleza para legitimar exclusiones, podemos encontrar una rendija de luz en las preguntas y análisis que plantea el autor en este libro. Escribe Mora: Lo queer en la práctica se significa encarnado y atraviesa los relatos de vida. Pronostica precariedades con mayor o menor grado de violencia y exclusión. Un cuerpo queer es un cuerpo cuestionado, cuestionable, sospechoso puesto en duda.
Los cuerpos apropiados e inapropiados, cuerpos vivos, cuerpos que importan, cuerpos que pueden ser llorados, los cuerpos que se desparraman, que gritan, que habitan en lo frondoso de las fronteras, en los márgenes, que ocupan un espacio y que reivindican una existencia política
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¿Quién teme a lo queer? invita al activismo, a repensarnos, a pensar en cuáles pueden ser los horizontes posibles, los mapas que habitemos, pero también nos alerta de que hay cuerpos que no pueden esperar más, que los límites de lo que puede un cuerpo están agotándose, quedándose sin aliento.
La profesora Carmen González Marín firma el prólogo de este libro, con su brillantez de siempre nos recuerda que: “desde sus orígenes, el feminismo y todas las consecuencias que le hemos de reconocer, se ha constituido como un intento de promover formas de justicia, en la medida en que se ha centrado en tratar de mejorar las vidas de quienes, debido a su género o a la economía de los géneros y los sexos, o a las políticas sexuales, han vivido o viven en el margen de un régimen de igualdades”.
No hay epílogo, sí un Interludio escrito por mi admirada Gracia Trujillo que nos propone caminar lejos de los binarismos sexo-génericos, transitar las intersecciones y los horizontes ampliados.
Frente al miedo a lo queer, a la maledicencia, lean el libro de Víctor Mora Gaspar, es difícil no emocionarse mientras lo lees, no anotar compulsivamente por sus páginas para no olvidar que: “somos híbridos, agentes encarnados, esparcidos sobre un contexto pragmático normativo. Somos un contenedor de experiencias, traumas, placeres, fortalezas y vulnerabilidad. Somos la vida que se escapa entre las fisuras de las definiciones categóricas”.
Lo bueno de un existir desorientado son los atajos, los caminos que nos quedan por explorar. Nada mejor que hacerlo junto y con el libro ¿Quién teme a lo queer? y a Victor Mora Gaspar.
Puedes hacerte con este libro en tu librería preferida o aquí.