Tell me when I’ll get more
Than a dream of you
‘Cause a dream is just a dream
And I don’t wanna sleep tonight
Jessie Ware – Spotlight
X.
La ansiedad, el desasosiego, la incertidumbre, son estados del alma que experimento constantemente. No he contado los días en los que no he recibido ningún mensaje tuyo porque la angustia sería peor. Anoté en mi agenda el día que, intuyo, es tu cumpleaños. En otra realidad, en otro momento, en otra vida, esa fecha sería posiblemente para mí el inicio de un alegre festejo, de un esperado viaje, de una celebración conjunta. Hoy para mí es motivo de duda, de recuerdos y de esperanza. Me aferro a la idea de ti, a la fantasía de tu cuerpo, al anhelo de tus besos, a las ganas de tus abrazos, al deseo de tus caricias.
La casualidad del mar de dígitos en el que navegamos hizo que nos encontráramos en nuestras balsas inteligentes e interconectadas por las redes eléctricas, y el mismo azar de la vida ha impuesto una distancia que no es la de los kilómetros sino la del silencio. Me pregunto si la misma lógica de los acontecimientos será lo que provocará nuestro encuentro, o es solo un sueño del que no quiero, ni puedo, ni deseo despertar.
Particularmente me gusta el silencio. Disfruto de no escuchar ruidos estruendosos del transcurrir cotidiano de la vida. Sin embargo, contigo aprendí sobre otro tipo de silencio. Sobre las distancias del silencio y los silencios de la distancia. Creo que desde que nos conocimos a través de la luz fría de nuestras pantallas cálidas no habíamos estado del todo desconectados. De hecho, creo que desde que comenzamos a escribirnos de alguna manera tejimos una fina, frágil, pero constante comunicación y conexión afectiva. En los últimos meses sabíamos qué estaba haciendo el otro: comiendo, viendo alguna serie o película, escribiendo, durmiendo, bebiendo con amigos y amigas, o planeando encuentros sexuales y fantaseando con viajes juntos por el infinito de los bosques y las profundidades de las playas.

De un lado, yo te contaba sobre mis proyectos profesionales, mi intrascendente cotidianidad y del deseo de estar contigo. Estuviste presente de manera virtual en mi ceremonia de titulación y no olvidaré nunca eso. Del otro lado, tú desde Veracruz me describías la humedad del clima y las actividades que hacías en tu trabajo. Me platicabas sobre tu hermana, tu mamá y tu familia, así como de Tobías, tu gato, al que yo llamo bru-ni-to por esa serie que a los dos nos gustó. Todos los días veo tus fotos en mi pantalla, esas imágenes donde se puede ver tu cuerpo desnudo, tus tatuajes y las marcas del tiempo sobre tu piel, tu mirada tierna e insondable. ¿Dónde estarás ahora? ¿Con quién compartirás tus sueños? ¿Me extrañas? ¿Me recuerdas? Son preguntas que a veces me hago en la oscuridad de la noche, cuando no puedo dormir y entonces trato de soñar para olvidar lo que siento por ti.
El silencio de tu ausencia me hizo reconocer que me enamoré de ti. Lo que siento por ti es un tipo de cariño templado, sereno, apasionado e inexplorado. Es una potencia en devenir que me ha impulsado a escribir más para atemperar los tormentos y eludir la angustia. Es una fuerza orgásmica que me excita en cada instante en el que fantaseo con tu cuerpo desnudo junto al mío. Es una energética de los afectos y la ternura que espera el derrame de sus gestos en el momento oportuno del encuentro entre nuestras almas. Es el placer de imaginar tu alegría y la alegría de materializar tus deseos.
Es una potencia en devenir que me ha impulsado a escribir más para atemperar los tormentos y eludir la angustia. Es una fuerza orgásmica que me excita en cada instante en el que fantaseo con tu cuerpo desnudo junto al mío.
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En la oscuridad de la noche el silencio encuentra los ecos de los sueños. En mi sueño todavía te espero, estoy aquí con los brazos abiertos para cuidarte, protegerte y mimarte. Una escritora francesa me enseñó que no es necesario morir para renacer. Aún anhelo el instante de renacer contigo. Mi miedo es que nada sea real, solo una elaborada fantasía de mi atormentada mente, un delirio estructurado por los signos de lo que deseo. Aún así, no temo declararte mi cariño y decirte lo mucho que te quiero, mis ganas de envolverte en una sábana blanca, pasear contigo y tener conversaciones interminables en nuestros viajes festivos por la eternidad de la noche, tomar tu rostro bonito entre mis manos, besarte, contarte historias de amor y verte sonreír.
Feliz cumpleaños hermoso.