Jenisjoplin : Activismo, Sida y Rock and roll

La gente cree que las personas impedidas, cojas, tuertas, mancas… son más estúpidas o maliciosas, y que los diagnosticados con sida están desahuciadas, los tienen por desechos humanos. Incluso nosotras mismas. Pensamos que están recibiendo su merecido, por ser drogadictos, por enredarse con quien no debían de la manera en la que no debían , por caer al otro lado del destino, por ser más pobres, viciosos o dados al sexo que nosotros.

Jenisjoplin, Uxue Alberdi

Hay novelas que te enganchan porque el personaje protagonista te interpela, te sientes cómoda en sus zapatos, te apetece vivirla desde dentro. Hay personajes que no tienen nada que ver contigo pero te interesa su visión del mundo y te pones su gafas – moradas o no- para verlo todo; y luego hay personajes como Nagore.

Nagore, el personaje del libro escrito por Uxue Alberdi, Jenisjoplin, editado en 2020 por Consonni , es un personaje que de entrada no me ha caído simpática, me hace sentir incomoda; demasiado radical, demasiado provocadora, demasiado irresponsable. Uxue Alberdi a través de la voz de Nagore pone tus ideas en los limites; te hace pensar y negarte, te hace asumir la realidad y te enseña, a través de su propia vida, una realidad que estuvo perenne durante mucho tiempo y que aunque ahora parece inexistente está, únicamente, invisibilizada.

Portada del libro Jenisjoplin de Uxue Alberdi

La vida del personaje de Nagore se sustenta en tres patas que la equilibran, la desequilibran y la hacen probar sus límites para sentir que sigue viva, que tiene el control. Tres fragmentos interconectados que construyen el personaje dentro de una coherencia narrativa llena de contradicciones. La lucha interna el personaje de Nagore y su descripción de la historia en la que habita: su activismo, la relación con su padre – como representante de todo el patriarcado imperante- y su enfermedad.

Uxue Alberdi ha construido un personaje que es historia viva del estado español, un personaje cuya infancia se ve marcada por la muerte de SIDA de una tía y por una migración estatal por sus padres ; un personaje que crece en esas fronteras, un maqueto, una otredad económica y social dentro de la compleja política que se marcó entre los noventa y los dos miles en Euskadi.

Los noventa, la época en la que crece Nagore, es una época en el estado de falsa ilusión. Después de la transición política y con la ilusión de los proyectos económicos y europeos en los que estaba inmerso el país , parecía que el brillo económico y social iba a llegar para todos, pero el tiempo ha demostrado que ha sido una bomba de humo, donde unos pocos se enriquecieron y el resto nos despertamos viendo que no por estudiar más, esforzarnos más por pelear nuestro futuro con más ilusión, íbamos a conseguir nada. En la conversación que mantuvimos con Eduardo Maura en El gesto más radical, tratamos muchos de estos temas, ahora perfectamente narrados y vividos, como si la sociedad vasca de entre los noventa y los dosmiles lo representase una única persona, Nagore.

Después de la transición política , parecía que el brillo económico y social iba a llegar para todos, pero el tiempo ha demostrado que ha sido una bomba de humo,

Nagore es un personaje que explica perfectamente a lo largo de todo el texto, lo que – parafraseando a Irantzu Varela – supone la disforia de clase, el estar en un lugar del que no tienes claro que perteneces, en una situación económica y cultural que no te representa y por la que luchas en dualidad, tirando piedras contra tu propio tejado solo por la necesidad de pertenecer.

La etiqueta relato generacional, que tanto se usa para describir ciertos textos ubicados en un contexto social, histórico y económico concreto y trabajados desde la mirada de un personaje en desarrollo, se queda corto en este caso. El libro tiene la capacidad de expresar de un modo muy sencillo y perfectamente integrado en su narrativa lo que suponía apoyar o tener puntos en común con ciertos aspectos de la ideología política imperante en Euskadi en esos años; la sensación de que era necesario posicionarse radicalmente, la típica bipolaridad social que implica el conmigo o el contra mí tan presente en todos los ámbitos estructurales de nuestras vidas.

Otra de las columnas vertebrales de Nagore es su relación con el SIDA, una enfermedad que en el 2010 – cuando está situada la acción de la novela- parecía que ya habíamos olvidado, que al conseguir que fuera crónica y no mortal ya no necesita ocupar portadas de periódicos . Nagore se convierte en una activista de su cuerpo, negando la enfermedad y su tratamiento; enseñándonos la opción de la disidencia y las luchas internas posteriores de aceptación de la enfermedad por parte de este personaje tan contradictorio.

Nagore se convierte en una activista de su cuerpo, negando la enfermedad y su tratamiento; enseñándonos la opción de la disidencia y las luchas internas posteriores de aceptación de la enfermedad por parte de este personaje tan contradictorio.

Nagore no es un personaje que te caiga simpático a priori, ni falta que hace. Nagore , Jenisjoplin, el libro de Uxue Alberdi es importante porque te cuenta otras cosas a las que de otro modo no tendrías acceso.

Hay que hacer una mención al trabajo de traducción desde el Euskera de Irati Majuelo y su diccionario que nos incluye al final y la preciosa portada del libro – un punto en común de las ediciones de Consonni de esta colección – con la imagen de la cubierta de Daiana Ruiz.

Puedes hacerte con este libro en tu librería preferida, en la web de Consonni , en todostuslibros o aquí.

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