Endometriosis. El dolor culpable.

La primera vez que un profesional sanitario me dijo en alto la palabra endometriosis, tenía 24 años. No me dio muchas explicaciones; que dificultaría mi posibilidad de ser madre y que no tenía cura, mientras yo sólo pensaba en aquel intenso dolor crónico que jamás iba a remitir.

Pero eso sólo fue el principio. Viajes a urgencias que terminaban con un diagnóstico de cólico nefrítico. Error. Pero me daba igual, sólo quería que me pincharan algo e irme a casa. Dos, tres especialistas después. Hubo de todo: “no te puede doler tanto”, “sólo se cura si te quedas embarazada y eso es lo difícil”, MENTIRA, únicamente el 40% de las enfermas que han podido quedarse embarazadas nota una mejoría reseñable y no está curada. La endometriosis sólo se ralentiza.

Cuatro, cinco especialistas después: “¿con los opiáceos no remite tu dolor? Sí, drogas, los opiáceos fueron el siguiente paso natural después de cualquier antiinflamatorio conocido por el ser humano.» ¿Al menos está en un nivel tolerable?”, ¿pero qué coño me estás contando?, ¿de verdad he de vivir con un dolor “tolerable”? No. Nunca hay que aceptar esta premisa y así me lo oyeron decir y se les salieron los ojos de las órbitas. No debe de haber conformismo con respecto al dolor.

“Hay que luchar” me han dicho cuando se me ha escapado alguna lágrima de impotencia y frustración.¿Luchar, quién, yo? No, yo no tengo que luchar, mi dolor me anula como ser humano, tanto física como psicológicamente. Desde la posición fetal que adopto en mi sofá, lo único que puedo hacer es intentar sobrellevar el dolor y la impotencia, con ayuda de la ciencia androcéntrica que investiga (poco) y desarrolla (mal) medicamentos para combatirlos.

Seis, siete especialistas después: ”endometriosis estadio IV, a quirófano”, me dijeron. Y allí estaba yo esperando alivio. Que no vino. Porque me operó un ginecólogo que sólo opera mi aparato reproductor.Cuando la situación es que tengo endometrio en intestinos, recto y vete tú a saber dónde más. ¿Para qué vamos a mirarlo bien si es un dolor causado por una enfermedad que sufren las mujeres y sólo algunas se quejan? Son unas exageradas. La regla es normal que duela. No es normal.

Ocho, nueve especialistas después, en una consulta ginecológica de urgencias: “así no duele la endometriosis”. Recuerdo mi primer pensamiento “hostia puta”. No sabía lo que se le venía encima; toda mi rabia, frustración y dolor verbalizados. ¿Perdona? ¿En mitad de una eco vaginal? ¿Tú que no la sufres? ¿Crees que lo sabes todo por ser ginecóloga? ¿A mí me lo dices? Que llevo sufriendo desde hace 20 años un dolor crónico, con todo lo que eso afecta a todos los aspectos de mi vida. No te atrevas a decirme cómo duele la endometriosis. Duele física y psicológicamente.

¿Y del sexo no habla nadie? Duele, duele mucho según qué posiciones. La concentración es fundamental. Y cuando consigo tener un encuentro sexual satisfactorio en el que haya penetración, aunque no me haya dolido durante, justo después lo que hago siempre es tomarme un vaso de leche y un naproxeno. Al día siguiente caen otros tres con las comidas. El dolor acaba apareciendo durante o después de la penetración. ¿Cómo explicas esto si no tienes una pareja estable y sólo quieres pasar un rato de sexo? No puedes, y te callas. O dejas de hacerlo. Hasta que encuentres a alguien con quien puedas hablar de ello. Siempre con miedo a no ser suficiente en ese campo, por no poder darlo todo, por tener que andar con cuidado.
He escrito todo esto con el útero dolorido, en uno de tantos días jodidos. Y he sentido cierto alivio al escribirlo. Espero que tú también al leerlo. Nuestro ibuprofeno emocional. Para que sepas que no estás sola y que alguien más te entiende a este lado del teclado.

 

Este relato es la experiencia de una maravillosa mujer que ha querido compartir con nosotrxs su dolencia. Una de las 176 millones de mujeres diagnosticadas a nivel mundial. La endometriosis es una enfermedad ginecológica común que afecta al 2% de las mujeres entre 25 y 40 años. Una enfermedad silenciada, donde la sombra de la duda de un profesional puede hacer que la afectada normalice su dolencia, a pesar de la gravedad. Poco a poco vamos teniendo más información y recursos para combatirla y mujeres populares como Lena Dunham han hablado de ella para ponerla en el mapa del mundo. Más información aquí.

Si quieres ponerte en contacto con nosotras y compartir alguna experiencia escríbenos a killedbytrend@gmail.com

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