
La familia real no nos representa. Partiendo de eso, sin duda nos hemos quedado ojipláticas al ver cómo unos personajes públicos cuya única función es cumplir el protocolo y sacarse un número determinado de fotos al año, pierden los papeles de tal manera.
Efectivamente, hablamos sobre el vídeo en el que la Reina Letizia se interpone ante su suegra Sofía, Reina emérita, cuando esta quiere hacerse una foto con sus nietas.
Esto provoca una reflexión sobre la complejidad de las relaciones entre suegras y nueras. Quien más y quien menos, en algún momento de su vida de pareja, sufre tiranteces debido a las relaciones con la familia política, y son más habituales si suegra y nuera son ambas mujeres. Incluso en las mejores relaciones, llegado un momento trascendental de cambio como una boda, un nacimiento o una decisión económica o laboral, surgen estos problemas.
¿Por qué hay veces que no son buenas las relaciones entre suegras y nueras?
La maternidad en los humanos conlleva un vinculo a lo largo de toda la vida, y esa madre siempre querrá cuidar y asegurarse de la seguridad y felicidad de sus hijos. Y puede que haya mujeres (suegras) que no sean capaces de ver en igualdad a la mujer que ha tomado su relevo en importancia en la vida de su hijo (nueras), y comience entre ellas una competencia desleal por afecto de su hijo/pareja.
También puede que haya ocasiones en que la nuera se vea en inferioridad ante el vinculo emocional que supone una relación maternofilial, o que se sienta poco valorada por la familia de su pareja.
¿Son las malas relaciones suegra/nuera una cuestión solo de mujeres?
No. , pero el establecimiento del patriarcado tal y como lo conocemos y del sistema capitalista, hace que comience un rifi- rafe entre mujeres que compiten por el amor y la atención (y los recursos en muchos casos) de un hombre. Vamos, como siempre, ellos están situados en una posición incomoda pero a la vez halagadora en este sentido.
¿El feminismo ayuda a mejorar las relaciones suegra/nuera?
Por supuesto. Si las mujeres dejamos de competir entre nosotras y hablamos abiertamente sobre las cosas que nos preocupan y nos hacen sentirnos inseguras, dejaríamos de lado las rencillas y malos entendidos, a favor de una convivencia adecuada. Hay que olvidar nuestros roles asignados (como suegra o como nuera) y reaprender.
Algunas suegras tienen que darse cuenta de que un hijo no te va a querer menos porque inicie una relación sentimental con alguien; y han de intentar integrarse de forma respetuosa en ese nuevo núcleo para poder conservar una buena relación con tu hijo.
Por otro lado, como nuera, es necesario aceptar que existe otra familia a la que hay que respetar como a la tuya propia y que nadie va a usurparte tu lugar en la relación con tu pareja.
Se trata de inteligencia emocional, al fin y al cabo. Algo mucho mejor y más civilizado que ponerte delante de las cámaras para evitar que alguien se saque una foto con tus hijos. Pero como siempre, a todas y todos nos queda mucho por hacer.
Salud y república.