
A la actriz porno Amarna Miller le gusta follar. No siempre y no con cualquiera, pero no tiene inconveniente de hacerlo cuando el guión lo exige, porque es su trabajo. Al igual que un abogado, un banquero o una señora de la limpieza no siempre pueden decidir a qué dedicar su tiempo, como en cualquier sector, en el porno también se trabaja por dinero.
Amarna es afortunada porque tiene cierto margen de elección, y además, su idea de la pornografía no es normativa: apuesta porque los usuarios y usuarias del porno inviertan en productoras pequeñas, que muestran el acto sexual consensuado entre dos adultos conscientes y en plenas facultades.
Hasta aquí todo bien, pero resulta que Amarna Miller ha hecho una entrevista para Pikara Magazine y las redes se han incendiado, criticando a un medio feminista cómo Pikara por promover la cosificación de la mujer dando voz a personas pertenecientes a una industria que fomenta la desigualdad de genero. ¿Estamos locos?
«..Como en todo trabajo, hay días que disfrutas y días en los que no te apetece ir a trabajar, es muy pronto o hace frío, y lo haces porque es a lo que te dedicas. Tú puedes tener sexo, porque tu trabajo es ese, sin que te apetezca tenerlo, y eso no significa que sea una violación. Si trabajas en McDonald’s no es porque te gusten las patatas fritas sino porque necesitas pagar el piso. Cuando vas a que te limen los callos de los pies, no estás deseando que esa mujer se lo esté pasando pipa. »
Amarna Miller en Pikara Magazine
La industria del porno es de las más debatidas dentro del feminismo, porque parte de la base de un consumo de los estereotipos de las mujeres, llevados a lo ridículo incluso, para disfrute del hombre. Pero… ¿sólo ven porno los hombre? No. Las mujeres también consumimos pornografía, y más allá del libro de Erika Lust, hay un amplio campo de acción donde un consumo consciente y no proveniente de situaciones de desigualdad marca el cambio.
Amarna Miller en su entrevista da algunas claves, nombra productoras que están intentando cambiar. Desde dentro de un mundo del que ella sabe mucho más que cualquiera de los que nos dignamos a opinar, muestra cómo una revolución feminista podría conseguir mejorar la industria. Su industria.
En los documentales After Porn Ends ( I y II ), actores y actrices de la época dorada (y no tan dorada) del cine porno hablan de cómo son sus vidas una vez abandonada la industria. Hay drogas, SIDA y malas decisiones, hay abusos y violencia, y hay una serie de desgracias que hacen que reflexionemos sobre cómo se maneja y se consume esta industria. También hay mujeres como Ginger Lynn o Asia Carrera que han abandonado felizmente este mundillo, de que guardan buenos recuerdos, y que se siguen nutriendo de él económicamente gracias a sus royalties y a que les gustaba formar parte de él. Exactamente igual que Amarna Miller.
Pikara Magazine se caracteriza, entre otras cosas, por dar voz a aquellas posiciones más invisibilizadas o incomodas que tienen que ver con el feminismo. Porque es un medio de comunicación que, para informar, ofrece todas las vertientes de opinión necesarias para que cada uno saque sus propias conclusiones. Lo que viene siendo un medio plural, a los que ya (por desgracia) nos estamos desacostumbrando.
No es a Amarna a quién hay que demonizar, ni a Pikara por informarnos de todos los modelos de feminismo que existen (aunque no estemos de acuerdo). Hay que demonizar a una sociedad que deja que mujeres con precariedad económica, emocional o personal, trabajen en una industria donde hay que ser muy fuerte y tener las cosas muy claras para no caer en una situación de abuso. Habría que demonizar unas condiciones laborales que en demasiadas ocasiones normalizan la violación y la relación sexual no consensuada, dado el ámbito en el que suceden. Pero también hay que demonizar a gente que pone en duda a estas y otras mujeres victimas de abusos y acepta estas conductas, mucho más cerca que en la industria del porno, como el señor Javier Marías.
A Amarna Miller le gusta follar. Y ver porno. Y quiere que las cosas cambien y mejoren, pero sin tener que dejar de hacer lo que la gusta. Cómo a todxs.
Gran articulo y con toda la razon del mundo!
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