Con, San Valentín los escaparates se inundan de corazones y parece que, si no haces un regalo a tu pareja, cuanto más cursi mejor, no la quieres lo suficiente. Los roles de la pareja se ven remarcados en estas celebraciones, y el amor occidental idealizado del «felices para siempre» parece la regla a seguir.
Pero sabemos que el camino de la relaciones sentimentales es largo, estimulante y está lleno de experiencias (más o menos satisfactorias) que siempre sumarán a la hora de saber lo que quieres y te ayudarán a conocerte a ti mismo. Por eso, porque no todo son jijís y jajás, os presentamos diez películas donde el amor esta presente… pero de una manera poco convencional y, en algunos casos, mal vista.
- The LunchBox, de Ritesh Batra (2013).
Esta deliciosa película india nos muestra, a través de una pequeña confusión cotidiana, la relación entre una ama de casa casada y a un hombre que está a punto de jubilarse. Nos habla de cómo se puede descubrir un mundo de fantasía sentimental que no siempre tendremos el valor de llevar a cabo. - La vida de Adéle, de Abdellatif Kechiche (2013).
Ya la incluimos en nuestra lista de 10 películas que pasan el test de Bechdel, pero no es sólo eso: la historia de amor y desamor de estas dos mujeres, la pasión de la juventud, la desidia de la rutina y todas las demás fases que componen un gran amor están maravillosamente narradas en este film que tienes que ver, al menos, una vez en a la vida. - Harold y Maude, de Hal Ashby (1971).
Un joven obsesionado con la muerte cuyo hobbie es representar tipos de suicido y una anciana que ha decidido finalizar su vida al cumplir ochenta, se conocen en un entierro. A partir de ahí, viven una serie de experiencias de amor y amistad que les aportará lo mejor del otro en sus peculiares vidas.
- Once, de John Carney (2007).
Irlanda, la música y las calles unen a dos personas con una misma pasión. Aunque desde el primer momento parece se va a materializar un gran romance, el deseo y el amor se ocultan a medio tiempo entre su canciones. Una película que se ve en un abrir y cerrar de ojos y que te va a dejar con ganas de más. - Brokeback Mountain, de Ang Lee (2003).
Aunque sea una película mainstream, no podemos negar que es un peliculón. Narra la historia de dos vaqueros encerrados en su vida convencional, sin poder mostrar al mundo el amor que se profesan. Esto provoca que lleven, durante años, una relación a medio camino entre la pasión, la ira y la violencia. - Irma, la dulce, de Billy Wilder (1963).
Lo que a priori puede parecer una comedia ligera de Wilder, es una compleja historia de un gendarme que se enamora de una prostituta y que, por defenderla, termina por convertirse en su nuevo protector… con todo lo que eso conlleva. Qué el tecnicolor y las medias verdes de Shirley MacLaine no te despisten, porque la historia tiene miga.
- El apartamento, de Billy Wilder (1960).
De nuevo Jack Lemon, Shirley MacLaine y Billy Wilder desafiando en clave de humor a las estructuras conservadoras de la época. Un ambicioso empleado que facilita su apartamento a sus jefes para que sean infieles a sus mujeres, se enamora de una ascensorista que tiene relaciones con un hombre casado. - Tomates Verdes fritos, de Jon Avnet (1991).
Hollywood se empeñó en esconder la relación sentimental de dos mujeres que escapan de las vidas que han sido marcadas para ellas y se cuidan hasta el fin de sus días. Violencia de género, racismo… una película rodada de manera mucho más blanca de lo que la historia realmente es. - Hiroshima, mon amour, de Alain Renais (1959).
Un encuentro casual que se vivencia como una gran pasión provoca en la protagonista el recuerdo de otro amor imposible que vivió años atrás. Poliamor emocional con guión de la novelista Marguerite Duras que no te deja indiferente. - Lost in Translation, de Sofia Coppola (2003). Japón, música indie y largos silencios narran el encuentro de dos personas en edades y situación personal muy distintas. Viven la fantasía de un romance platónico mientras dura su estancia en Tokyo.
Si este año en San Valentín (o en la fecha que prefiráis) queréis celebrar el amor no convencional, en el que no comen perdices, bajo un manta y con un buen bol de palomitas, esperamos haberos sido de ayuda.