Acaba de llegar a Netflix la segunda temporada de Santa Clarita Diet, la serie en la que Drew Barrymore es una agente inmobiliaria de éxito, esposa y madre… además de una muerta viviente que necesita comer carne humana para sobrevivir.
Desde el primer episodio, esta comedia negra de capítulos cortos, de no más de 30 minutos, es ideal para reírte un rato delante de la tele sin más pretensiones, pero es que en su segunda temporada no ha hecho más que crecer y crecer. Ahora es más bestia, más loca y más absurda que antes, por lo que, claro, mola muchísimo más.
**Alerta spoiler**
Ahora los Hammond ya han asumido que tienen una caníbal en la familia y que su misión en la vida es ayudar a Sheila a conseguir carne humana de la manera más ética posible (el descubrimiento de la banda de nazis no tiene precio), pero claro, esto de ser de repente un asesino en serie, pues como que no es tarea fácil. Abby tiene que aparcar el pavo que tienen todas las adolescentes a su edad, ¡y lo aparca a bandejazos!; y Joel (todos los premios del mundo para Timothy Olyphant, por favor) tiene que seguir intentando descubrir cómo ha llegado su mujer a semejante situación mientras trata de eliminar cualquier rastro de crimen de sus vidas. La familia que limpia sangre y vísceras humanas de su cocina unida, sin duda, permanece unida.
**Fin del spoiler**
Los guionistas han sabido llevar a los personajes al extremo sin caer en la pura parodia (¿o son pura parodia desde el minuto uno?), han sabido estirar los gags sin llegarlos a forzar, han sabido complicar las situaciones para enfrentar a los personajes en los escenarios más disparatados… vamos, que lo que empezó como una discreta comedia en la que la mayor parte del presupuesto iba a parar a la actriz protagonista, ahora es toda una serie coral en la que, tanto actores principales como secundarios, se salen.
En definitiva, Santa Clarita Diet es una serie de zombies divertida, nivel Shaun of the dead, nivel Life after Beth o nivel What we do in the shadows. Porque ya estaba bien de series de zombies intensitas o de, directamente, intento de series de zombies… como The walking dead, que todo el mundo sabe que, desde el principio, es una serie con gente hablando y zombies que pasean de fondo.
Conclusión: si te lo pasas pipa con la comedia negra, con el humor macabro y con los chistes bestias, Santa Clarita Diet es tu serie. Y si la primera temporada no te termina de convencer, dale un voto de confianza, que la segunda es masterpiece.