Bicho hambriento es la tercera novela de Carlton Mellick III que publica Orciny Press, estandarte de lo bizarro en español. Los aficionados al whatthefuck estarán ya más que familiarizados con este autor, uno de los más prolíficos y representativos de este género, aunque puede que no todos hayan caído aún en la adicción que esta narrativa produce. Anteriormente pudimos disfrutar del que es considerado su mejor libro: La casa de las arenas movedizas, la versión weird-quécojo***** de Flores en el ático y de la que, para mí es una de las más realistas novelas románticas jamás escritas: Matrioshka, en la que un joven ha de conocer y amar todas las capas de su prometida antes de que puedan casarse.
En Bicho hambriento, Mellick experimenta con la estructura textual, engendrando una novela fix-up de lo más interesante. Una historia que se construye sobre relatos independientes pero relacionados, a su vez, entre ellos, consiguiendo con el uso de esta técnica, la creación de un espacio físico que no para de recordarme a La ciudad y la ciudad de China Miéville (salvando las distancias). Además, los personajes de uno y otro cuento interactúan entre ellos estableciendo hilos temporales que dotarán de sentido a la historia, dándoles así más vida, más profundidad y más perspectiva.
Una historia que se construye sobre relatos independientes pero relacionados, a su vez, entre ellos, consiguiendo con el uso de esta técnica, la creación de un espacio físico que no para de recordarme a La ciudad y la ciudad de China Miéville (salvando las distancias).
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El autor no sólo trascenderá la narración canónica en su estructura, sino que, además, rebasa géneros. La historia comienza como un drama familiar a la antigua usanza —bueno quizás el que aparezca una madre que es reloj de arena y que la primera frase sea «Era la quinta vez que Elmore Wormwood cumplía doce años», ya nos aleje un poco de lo normal, pero….— y de repente no topamos con la típica historia noir-polizesca de cadáver encontrado en el que un grupo de valientes detectives han de encontrar al culpable —esto… los detectives son una mujer medio-abeja, una especie de escarabajo pelotero semi-humano y un señor con cabeza de cerdo…— y así todo.

La temática principal: la adicción. Si bien no se nos muestran épicas de la heroína o el drama de la ludopatía directamente, sí que seremos testigos del descenso a los infiernos de aquellos que buscan el obtener el máximo sin esforzarse, en este caso, el abuso de la magia como salida fácil, como solución a todos sus problemas. Pero los hechizos no son gratuitos, cuando recibes has de dar, y contra más los consumas, más se transformará tu cuerpo… hasta que alcances un nivel tal de dependencia que el precio serás tú y hayas de abandonar el plano real de la existencia y mudarte a una nueva urbe de nombre el Culo del infierno.
Como en otros libros de Mellick aparecen sus temas fetiches del amor y las relaciones materno- filiares, que en muchos casos están al nivel de Psicosis. Algún día me gustaría preguntarle a este hombre por sus traumas de la infancia y su concepción familiar.
Hay mucho más, pero no quiero desvelar sorpresas al lector. Un libro muy divertido, hacía tiempo que no me reía en alto leyendo algo y a la vez profundo.
En conclusión, blupa-blú.
Puedes hacerte con este libro en tu librería preferida o en la web de Orciny Press
Reblogueó esto en Jorge García Torrego.
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