Sin entrar por ahora en los orígenes etimológicos de la palabra, en las narraciones ficcionales un villano es la encarnación de la maldad. Son personajes malvados y dedicados a hacer de antagonistas de los héroes o personajes principales, que usualmente son bondadosos, amables y dulces. En esta ocasión me permitiré hacer un elogio del encanto de los villanxs mediante un comentario de la película Cruella, pues siempre me he sentido más identificado con ese costado sombrío de las historias.
Desde hace algunos años, la empresa de entretenimiento multinacional Disney ha inventado una serie de nuevas estrategias narrativas, sensitivas, estéticas y visuales en sus productos para expandir sus tentáculos globales sobre los espectadores-consumidores. Una de esas estrategias ha consistido en explorar el origen de los míticos villanos que han sido los antagonistas de sus películas más exitosas, teniendo como primera pieza clave las dos entregas de Maléfica en 2014 y 2019 respectivamente. Siguiendo esta misma fórmula, ahora podemos conocer la infancia y juventud de la villana mejor vestida del universo Disney, Cruella de Vil.
Situada en la efervescente década de los años setenta, en la película podemos ver el proceso de transformación de la rebelde e insubordinada niña Estella Miller, que es testigo del asesinato de su madre a causa de tres feroces perros dálmatas, propiedad de la rica Baronesa Von Hellman), su versión joven y radiante diez años después en la que intenta ganarse la vida como ladrona de poca monta junto a sus amigos Horacio y Gaspar, mientras entrena y desarrolla sus habilidades de diseño de moda y alta costura, hasta llegar a convertirse, principalmente por venganza sobre la muerte de su madre, en la elegante y loca mujer que todos conocemos.

La mayor parte de la película son secuencias de batallas y paralelismos entre la Baronesa y Cruella, donde luchan por demostrar quién de las dos es la mejor diseñadora, y por supuesto, Cruella siempre gana. Al menos hasta que la Baronesa decide asesinarla. Cruella muere tres veces en la película antes de poder emerger definitivamente de sus mausoleos de tierra, fuego y agua, como un ser mítico de elegante cabellera blanca y negra dispuesta a sobrevivir, vengarse y triunfar ante un mundo que parece decidido a decirle que no en cada oportunidad de destacar. Este es uno de los rasgos que más me encanta del personaje de Cruella, su perseverancia ligada a la seguridad y confianza en el talento de su creatividad, que depende a su vez completamente de su locura y maldad.
En la trama se pueden ver muchos de los elementos presentes en el mundo de la moda que no tienen que ver con belleza y estilo, pero que parecieran serle consustanciales (explotación laboral y largas jornadas para las y los costureros, robo de diseños, presión constante y actitudes mezquinas). Pero además, la película se puede apreciar también como la crónica de la lucha entre dos casas rivales de diseño: la consolidada casa de la Baronesa y la emergente casa De vil. Estella entra a trabajar en el estudio de diseño de la Baronesa y desde sus entrañas comienza a ejecutar cada uno de los pasos para su venganza. Cada encuentro entre ambas diseñadoras es deslumbrante y tremendamente lleno de elegancia, disrupción y transgresión de los cánones estilísticos clásicos. Así, Cruella retrata un momento de revolución del vestir, la moda y el estilo que todavía perdura en nuestro guardarropa.
Si bien cada secuencia tiene su momento de clímax particular dentro de la trama, haciendo de la película un conjunto de emocionantes escenas, la que quiero resaltar me parece que condensa muchos de sus elementos.
(Alerta, un poco de spoilers)
Estella (Cruella infiltrada) ha estado trabajando en el diseño principal de la nueva colección de la Baronesa; se trata de un vestido con piezas de oro tejidas a mano que coronan cada centímetro de la pieza. Por temor a que Cruella pueda robar el vestido, la Baronesa guarda toda la nueva colección en la bóveda de seguridad de su taller. El día del importante desfile, al momento de abrir la bóveda (que ha sido evidentemente alterada) salen un millón de polillas gigantes que han devorado y arruinado cada uno de los vestidos diseñados para la colección de la Baronesa. Las piezas de oro, tejidas a mano por Cruella, que coronaban la pieza principal, eran en realidad las larvas de estas polillas. Todos los invitados salen asustados del estudio de la Baronesa donde sería el desfile. En ese momento, en las calles de Londres, al ritmo de la canción I Wanna Be Your Dog de The Stooges versionado por John McCrea, comienza el desafiante desfile de pasarela para presentar la colección de Cruella, cuya pieza central es un hermoso abrigo en colores blanco y negro que simula estar hecho con la piel de los tres perros dálmatas secuestrados.
Hay una opacidad intrínseca en esta escena, y en general en cada encuentro entre la Baronesa y Cruella, que no permite distinguir si se trata de desafío, vandalismo, venganza, disrupción o innovación estilística. Me atrevo a decir que es una mezcla de todo lo anterior. Cruella es un ser lleno de rencor, locura y maldad que utiliza la ira que la invade para crear arte. Ella hace uso de la fuerza, el impulso y la energía del odio, la rabia y la maldad para diseñarse atuendos vanguardistas y transgredir las normas del mundo en el que vive. Cruella retrata el costado oscuro y febril de la creación a partir de la ira, el rencor y el dolor. En el fondo, sutilmente, cada uno de sus actos creadores tiene un costado de dolor, angustia y fragilidad inherentes que, al momento de expresarse con osadía, desenfado y extravagancia, muestran la forma más deslumbrante de la maldad, la oscuridad y un refinado gusto por la belleza y la elegante distinción.
También es posible hacer una lectura de clase económica, política y social de la película. Mientras que por un lado la Baronesa tiene dinero suficiente para pagar asistentes, empleados que diseñan y maquilan sus prendas, posee costosas joyas y compra finas telas y materiales de lujo para la confección de su ropa, Cruella por su parte crea a partir de la basura y los periódicos, con los retazos y trozos de tela sobrantes de otros vestidos para hacer sus propias piezas, con la ayuda de sus amigos. De igual modo, así como la Baronesa tiene espacios privados para exponer sus vestidos, ya sea su estudio o su imponente mansión, Cruella se apropia de las calles, exponiendo su talento y creaciones a la intemperie en los espacios públicos. Respecto a los lugares de enunciación, la Baronesa tiene acceso a la prensa para promover e incentivar la venta de sus diseños en exclusivas tiendas de ropa; y aquí me parece que es donde resalta la importancia del personaje de Anita Darling, que en la película es una periodista que le da acceso a Cruella a la visibilidad y publicidad de sus diseños de ropa, mediante las fotografías de sus performances y las sugerentes columnas que escribe, brindándole una invaluable plataforma y espacio enunciativo.

La amistad siempre es política y qué mejor que contar con el apoyo de tus amigxs cuando quieres desafiar a tus enemigxs. Paulatinamente al avanzar la trama, con la ayuda de Horacio, Gaspar y los adorables perritos Wink y Buddy, Cruella va invadiendo la aparente privacidad y restricción de los espacios particulares de la Baronesa; primero su estudio, luego su mansión, para finalmente adueñarse de su fortuna y arrebatarle el trono del prestigio y la originalidad al diseñar. En el mundo de la moda la innovación, la belleza, la apariencia y la vanguardia lo son todo. La Baronesa es una mujer culta, rica, elegante, ególatra y arrogante, pero Cruella es mucho mejor, más creativa, más brillante, muy frenética, más despiadada y algo loca. El desenlace del encuentro final, aunque un poco tedioso y predecible, amarra el talento, la locura, la rabia y la furia creativa de ambas mujeres.
A lo anterior me gustaría añadir una interpretación muy personal de la trama: el desafío de algunos discursos y estéticas heteronormativas. Artie es mi personaje favorito de la película Cruella. Propietario de una pequeña tienda de ropa vintage de segunda mano llamada 2nd Time Around (que en la trama es un primer sitio de seguridad y tranquilidad para nuestra protagonista), con una original y extravagante sensibilidad por la moda y un estilo de vestir atrevido inspirado en el glam rock que incluye maquillaje, tops trasparentes, animal print y ceñidas cazadoras, Artie se vuelve uno de los mejores amigos de Cruella, ayudándola en la ejecución de todos sus planes malvados que incluyen el diseño y creación de una línea de ropa que eclipse por completo a la Baronesa. Por supuesto, los villanos comparten muchas cosas en común con los queers y los mutantes, se protegen, se ayudan y se apoyan mutuamente. Para las lógicas heteronormativas y tecnopatriarcales, los cuerpos queers, ambiguos, dudosos, maricas, pero también las mujeres con seguridad y osadía son villanos, monstruos, antagonistas en el teatro de la cotidianidad y la pasarela de la vida. Los diálogos entre Cruella y Artie son sencillamente magníficos para mí:
– Cruella: ¡Wow, luces fabuloso!
– Artie: Lo oigo todo el tiempo, supongo que es cierto.
– Cruella: ¿Cómo te va en las calles luciendo así?
– Artie: Hay algunos abusos e insultos, por supuesto. Pero yo digo que ser normal es el insulto más cruel de todos y a mí nunca me lo dicen.
– Cruella: Quiero crear arte y quiero causar problemas. ¿Te anotas?
– Artie: Adoro los problemas.
Para las lógicas heteronormativas y tecnopatriarcales, los cuerpos queers, ambiguos, dudosos, maricas, pero también las mujeres con seguridad y osadía son villanos, monstruos, antagonistas en el teatro de la cotidianidad y la pasarela de la vida.
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Me encanta el personaje de Artie porque me identifico con él. Hacía mucho tiempo que no me encontraba con un personaje tan encantador, andrógino, brillante y con mucho maquillaje. En mi caso, quiero pensar que tengo el estilo de Cruella combinado con la genialidad de Artie.
Cruella De Vil es brillante, malvada y loca. Así como la describe su canción principal, ella es Original, Criminal y Está vestida para matar. En efecto, Todos los buenos chicos (los normales específicamente) lucen iguales, ¿quién quiere ser normal? Si el diablo tiene mejor gusto y la belleza es lo único que importa, ella representa un ejemplo magistral de la ruptura con los esquemas violentos y asesinos del pasado, porque ella es el futuro que le pertenece a los mutantes, a los monstruos, a los queers, a las mujeres transgresoras y espectaculares. La película es también una oda al poder trasformador de la ropa, el maquillaje y el estilo. El principal encanto de lxs villanxs es que nos enseñan que la reinvención siempre es posible y que cuando la tela de nuestro pequeño mundo ha sido arruinada, lo mejor que podemos hacer es abrazar la oscuridad para renacer las veces que sea necesario. La invención de nuevas formas de pensar la libertad sucedió en los años gloriosos del auge e irrupción rabiosa de las manifestaciones contraculturales del punk; uno de los efectos de ese seísmo cultural y micropolítico fue una canción de David Bowie que nos invitó a ser héroes por un día. Inspirado en la unión del mensaje de Bowie y en la locura de Cruella, yo invito a abrir las puertas del infierno para, por un día, ser despiadados, emocionantes y deslumbrantes villanxs.
La película es también una oda al poder trasformador de la ropa, el maquillaje y el estilo. El principal encanto de lxs villanxs es que nos enseñan que la reinvención siempre es posible.
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