Pero, si todo el mundo pudiera sentir el dolor de los demás , ¿quién torturaría? ¿Quién le provocaría a otra un dolor innecesario? Nunca antes había pensado que mi problema pudiera ayudar para algo bueno, pero, tal y como están las cosas , creo que podría ayudar. Ojalá pudiera pegárselo a la gente.
Nunca pensé que diría esto: ojalá Octavia Butler no tenga razón. Pero reconozco que después de leer La parábola del sembrador editado por Capitán Swing, cruzo los dedos y espero que esa sociedad anti utópica que la escritora y activista Butler escribió en 1993 no sea profética.
La palabra distopía la hemos utilizado mucho el los últimos tiempos, quizá demasiado, pero es en lecturas como esta donde se reapropia de su significado y nos muestra un tipo de literatura donde los límites del entretenimiento y la reflexión están entrelazados.
La palabra distopía la hemos utilizado mucho el los últimos tiempos, quizá demasiado, pero es en lecturas como esta donde se reapropia de su significado y nos muestra un tipo de literatura donde los límites del entretenimiento y la reflexión están entrelazados.
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La ciencia ficción es un campo literario donde cómodamente podemos exponer ideas y variables que quizá no haríamos de otra manera, pero es un género , y más en el caso de Octavia Butler, donde nada es al azar. Ya en su libro -y editado por Consonni– Hija de sangre, Octavia nos demostraba de qué sirve la ciencia ficción a las personas negras. Y esta novela nos pone delante una situación limite de horror en una era postrumpista, de donde se nota que han bebido películas como Mad Max o Snowpierce, que tenemos recientes gracias al club de cines y utopías de Layla Martinez al que estamos asistiendo.

El libro está ambientado en un periodo que ocupa entre 2024 y 2021, en formato de diario/ cuaderno de viaje de la protagonista, Lauren Olamina, de quince años, que vive dentro de una comunidad sitiada e hiperprotegida del mundo violento circundante. Hasta que una noche su comunidad es invadida y se ve abocada a emprender un largo viaje en busca de una vida -o supervivencia-, amparada por su capacidad de previsión y una fe que nace en su interior y que se basa en la capacidad de adaptación al cambio y en el trabajo de la comunidad.

Por si el personaje no tuviera que vivir suficientes emociones -debido a violencias de todo tipo a su alrededor de muerte, violaciones y canibalismo- ,además, la autora la ha dotado de hiperempatía, una sensibilidad que la hace sentir el dolor físico y emocional de los demás y que en situaciones de visionado de mucho sufrimiento ajeno puede debilitarla e incluso paralizarla.
Esta característica, aparentemente al azar, es un detalle más de la inteligencia con la que juega Octavia Butler con nosotros. En una sociedad donde todo el mundo solo busca su propia salvación y la violencia está desatada, un personaje hiperempático lucha por salir adelante, en su camino, y gracias a unos antiguos mapas, se va encontrado con otros personajes que irán formando una curiosa familia con la que ir creando un proyecto.
Es un grito de sociedad degenerada con un aliento de esperanza, donde están presentes muchos de los discursos de las representaciones utópicas: el salir de una sociedad cómoda pero inerte, donde el tiempo parece no pasar y el miedo y la repetición de los días es la tónica dominante frente a una vida llena de riesgos pero con una esperanza de superación.
Ese concepto de no tener nada que perder es habitual en este género literario y cinematográfico. Desde los clásicos antes nombrados y por todos conocidos hasta la última película de Disney, Raya y el último dragón mágico, que presenta una sociedad al límite y violenta -dentro de la violencia que puede mostrarse en una película para todos los públicos- pero que al final de todo existe un rayo de luz, una pequeña fuga de esperanza y cooperación que demuestra que no cualquier tiempo pasado fue mejor sino que el futuro es nuestro.
¿Vamos a empezar a imaginar sociedades mejores que nos permitan alcanzar ese objetivo? Esperemos que sí.

Este libro de Octavia Butler es el primero de su trilogía parábolas, la segunda parte nos ha prometido Capitán Swing que la tendremos en otoño. Aunque nos va a costar esperar para saber qué sucede a Lauren Olamina y las personas que la acompañan.
Ojalá Octavia Butler no tenga razón, pero también ojalá que la escuchemos y que hagamos autocrítica del camino que como sociedad estamos tomando y de como nuestro estilo de vida tiene consecuencias que debemos evitar.
Puedes hacerte con este libro en tu librería preferida, en la web de Capitán Swing, en todostuslibros o aquí.
Maravillosa Octavia E. Buttler, siempre enseñándonos desde su modestia.
Un besote.
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