Las redes sociales le han dado más presencia a los haters y, ante cualquier movimiento social, surgen gracietas y memes a porrillo… parece que para intentar desacreditar cualquier activismo que pueda desestabilizar el sistema tal y como está establecido.
Los repuntes de extrema derecha y conservadurismo en épocas de tumulto social son históricamente habituales y siempre indicativos de que algo esta pasando.
El patriarcado es ocurrente en sus armas para ridiculizar y controlar a las mujeres. La editorial Antorcha Ediciones ya nos había mostrado en sus maravillosos libros Comadres y Cómo reírse de una mujer gorda, cómo se ha demonizado la amistad entre mujeres y se han implantado los estereotipos estéticos para que nos mantengamos entretenidas tratando de cumplir una norma y enfadadas entre nosotras.
La primera ola feminista, el sufragismo, que tan lejos parece que nos pilla, tampoco se libró de los repuntes humorísticos de la época y las postales que advertían ante el cambio de roles en el hogar, el abandono del marido y los hijos y demás repercusiones negativas que podía tener esta revolución.
¿ Podemos seguir riéndonos de lo que nos salga del toto? Pues quizá no deberíamos.




Imágenes extraídas de Dangerous Minds