Le he comprado una fregona de juguete a mi hijo. Además del juguete, en el paquete recibí un surtido catálogo de publicidad de otros juguetes supuestamente dirigidos al juego simbólico y de imitación, pero que merece la pena analizar con las gafas violetas.
La fregona en cuestión es una imitación en miniatura producida por una popular empresa que hace las fregonas para adultos. Adjuntaba una etiqueta en la indica que el juego era para niños y niñas (¡menos mal!) y que con ella podías ayudar a papá y a mamá. Aunque hubiera sido más inclusivo hablar de ayudar en casa o de limpiar con el resto de la familia, vamos a darle un 5.

La diversión en la playa, en cambio, es cosa de hombres. Nosotras nos quedamos preparando un precioso picnic con cupcakes de arena, todo muy rosa, claro, que ese es nuestro rollo.
Las marcas de herramientas Bosch y Jonh Deere, que también miniaturizan sus productos, no esconden sus intenciones en su publicidad donde, además de aparecer solo niños, los colores y diseño son más serios, más de «juegos de hombres». En cambio, en la opción de belleza y moda que nos ofrecen las miniaturas de Braun, ¿adivináis quién sale y cuál es el color protagonista? Ajá.
Las cocinitas parecen que se han democratizado, sobre todo si son de apariencia industrial. Si, por el contrario, son destinadas a jugar con hadas y muñecas, pues ya son cosas de niñas.
La crianza y el cuidado también parece ser cosa nuestra. ¡Y con ejemplo de bebé de plástico en porteador no ergonómico para rematar la faena! Ya que vas a enseñar a una niña cómo se portea, hazlo bien, ¿no?

Pero Barbie es la que nos produce el mayor eye rolling. A estas alturas, por mucho que las preciosas ediciones de esta muñeca nos seduzcan (ay esa Barbie Rizzo, AY), no vamos a negar que es el súmum de la cosificación e irrealidad estética femenina. Parecía que Mattel se había suavizado, e incluso va a lanzar una edición muy oportunista de iconos feministas… y ha hecho una gran campaña de marketing con el lema You can be anything para apoyar (y vender) diversidad y empoderamiento a las futuras mujeres. Pues aquí tenemos un ejemplo de sus intenciones.
¿Seguro, Barbie? ¿SEGURO? Mirad la foto y veréis cuál es el mundo que está en vuestras manos. Yupi.
Queda poco para la campaña juguetera de verano, y a esta le sigue la de Navidad, y viendo estos catálogos, es complicado que tus hijos crezcan en la libertad de elección y en la igualdad. Va a ser difícil que tengan los conceptos claros cuando, desde pequeños, todos sus juguetes les estereotipan y encasillan en labores que, sepamos, no se llevan a cabo con los genitales. O sí, porque allá cada uno como quiera usar la fregona.
Es muy bonita y muy realista, por cierto.