‘Back to life’ la serie que habla sobre como no siempre son fáciles las segundas oportunidades

Pensé que escribir esta historia solo podía ser un crimen o una plegaria

El adversario, Emmanuel Carrère. 

Qué difícil es el perdón, qué complicada la redención. Entre posibles e imposibles gira la trama de mi nueva serie favorita Back to Life (BBC Comedy / Showtime, 2019); en España se pueden ver todos los episodios de la primera temporada en Filmin.

La serie oscila magistralmente entre el drama, la comedia, la tragedia, el misterio, resistiéndose a las categorías, es posible ser todas esas cosas a la vez. Muchas preguntas, pocas respuestas, y entre paréntesis lo mejor de todo. Hay un crimen en el centro de la trama, quizá nunca logremos encajar las piezas del puzzle para adivinar quién fue la víctima o si solo hubo una víctima. Tampoco sabemos quién fue el victimario, o si hubo más de uno, ni el porqué. Los secretos se resuelven lentamente, o ni siquiera se resuelven, y no hace falta porque las otras metáforas que habitan en el argumento son tan poderosas y absolutas que te mantiene atento y satisfecho. Lo mejor de todo es la manera en la que relata lo que significa y supone el paso del tiempo en la vida de la protagonista. Esa vida que quedó en suspenso, esas fotos en cajas, esas cintas de cassette grabadas hace mucho tiempo y donde se pueden escuchar las voces de las que eran sus amigas y esa esperanza contenida de una eternidad en común

Ninguno de nosotros cometimos ese crimen pero a muchos de nosotros nos queda la duda de que quizá no hemos cumplido con todo lo que soñábamos que íbamos a ser y quizá no haga falta ni siquiera plantearse esa pregunta porque los anhelos, los sueños sobre nosotros mismos son dinámicos y eso es lo mejor de todo.

Se habla de un tabú en la serie: el de las mujeres que han estado en prisión, que salen porque han cumplido su pena y cómo es ese volver a la vida, dejar atrás la celda. El dilema sobre el perdón, sobre la justicia, sobre la negación de la humanidad a las personas que cometieron un delito en el pasado. La comunidad se empecina en no dar tregua, en seguir señalando, en insultar, en acosar a alguien que ya cumplió su sentencia.

La serie nos lanza cuestiones sobre penas, tiempo, rehabilitación y sobre todo si es posible que esa humanidad que se niega a las personas que han estado en la cárcel se pueda volver a otorgar. Demasiadas personas jugando a ser dioses. Empatizar con la protagonista de la serie se hace inevitable, interpretada por una brillante Daisy Haggard, a la que ya habíamos visto anteriormente en la siempre disruptiva Black Mirror. Por cierto, Chris Sweeney es el director y debuta con esta obra sin pretensiones pero que cala profundamente. Investiguen sobre él, sus proyectos para la BBC son muy divertidos, tiene un podcast y ha participado en proyectos de activismo LGTBI.

Disfrutemos de este volver a la vida, aunque duela, merece la pena. No puedo parar de escuchar una de las canciones de su banda sonora Cherry-coloured Funk de Arctic Lake, qué preciosidad.

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