Si hay algo ahora que esté de moda, eso es , sin duda Brie Larson y los unicornios. La primera por su interpretación de la que se ha convertido hasta ahora en la película más taquillera de todos los tiempos : Capitana Marvel. Los segundos, por ser los animales mitológicos más adorados y popularizados en la era millenial.
La actriz, que además tiene una larga carrera como directora y cortometrajista, ha dirigido para Netflix , La tienda de unicornios, una historia sobre el despertar a la vida adulta de una mujer colorista de 29 años que a través de un viaje iniciático de corte onírico, se dará cuenta de lo que significa dejar la infancia y primera juventud atrás y embarcarse en la vida adulta.
La película, rodada en 2017 y no estrenada por la plataforma hasta ahora, nos cuenta la historia de Kit, una mujer que ha fracasado en lo que siempre más le ha gustado hacer, dibujar. Su arte lleno de color y glitter no ha encandilado a sus profesores y compañeros; y se ha visto en la tesitura de replantearse toda su existencia y volver a casa de sus padres a empezar de cero. Kit siempre ha soñado con unicornios y mundos mágicos, y tras encontrar un trabajo gris en una empresa donde su jefe le da un más que dudoso trato, empieza a recibir unas misteriosas invitaciones. Llevada por la curiosidad, cual Alicia en el país de las maravillas, llega a The Store, una tienda capitaneada por Samuel L. Jackson donde le prometen que podrá cumplir su sueño más deseado: adoptar un unicornio.
Para demostrar su valía como madre de este animal, tendrá que pasar una serie de pruebas: desde construir un establo , conseguir heno suficiente y mantener un clima de amor y paz en su hogar para que el animal se sienta integrado. En este viaje conocerá a Virgil (interpretado por Mamoudou Athie) con quien entablará una relación de amistad y ya veremos.
La película es perfecta para un sábado o domingo tarde sin demasiadas pretensiones y podría entrar en nuestra lista de 10 pelis indies monas para sustituir los telefilmes de Antena 3. Cuenta además con otro componente clásico de este género, que es la participación de Joan Cusack haciendo de madre de Kit.
Una película con moraleja. Que nos cuenta algo que ya sospechamos, que la vida adulta ya no llega tras la adolescencia o primera juventud. Llega cada vez más tarde, con una situación cada vez más precaria pero un mayor número de sueños a incumplir y expectativas en las que fracasar. De vidas idealizadas en la era del glitter e Instagram.
Un canto a la adultez tardía en la era de la eterna infancia y las ilusiones perdidas. Una dirección limpia, una historia que puede llenarte con gusto una tarde sin planes mientras te tapas con tu manta de sirena.
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