Me gusta mucho leer libros de relatos. ME-GUS-TA-MU-CHO-LEER-LI-BROS-DE-RE-LA-TOS. Esta es posiblemente la frase que más veces haya escrito en esta web, pero es que gracias a libros como Retratos de la orilla me reafirmo en mi propia verdad lectora y quiero seguir leyendo.
Retratos de la orilla, editado por Aristas Martínez, es una colección de relatos de la autora cubana Dainerys Machado Vento, incluida en 2021 en el número especial Granta. Los mejores narradores jóvenes en español.
Los relatos de Dainerys Machado nos muestran los lugares comunes y convivientes que tienen las mujeres y las identidades queer—por mucho que idearías reaccionarias en nombre del feminismo digan ahora todo lo contrario—. La sensación de no poder habitar el mundo de la manera que se desea ha sido un rasgo común de todas las identidades subalternas, es decir, de todas aquellas que no son los hombres blancos heterosexuales, quienes en números reales, y pese a que el mundo se haya construido para ellos, son la gran minoría.
Yo siempre cuento que empecé a leer mucha teoría queer cuando fui madre, esa sensación de pérdida de la pertenencia e identidad ante la clasificación de una sociedad, que primero como mujer y luego como madre, me otorgaba y presuponía unos roles y aptitudes que no se correspondían para nada con mi sentir interno. De no encajar como mujer en la sociedad patriarcal y de mi construcción personal se encargó el punk, de mi adaptación a la maternidad con otra mirada menos consensuada, más abierta y curiosa, se encargó la teoría queer y no puedo estarles más agradecida.
En estos relatos se unen todas esas identidades, ser mujer, ser no binarie, ser homosexual o lesbiana, ser disca, ser loca, todo lo que la sociedad descarta en mayor y menor medida según su necesidad de monetizar y capitalizar los afectos, en los Retratos de la orilla toman su propio rumbo, se entrelazan, apoyan, acompañan, se dejan señales desde el pasado hacia un futuro, facilitan la huida, acompañan a la puerta de salida cuando lo necesitas (si es que aún no la habías visto).
El libro comienza una hermosa historia de sororidad y construcción de red de apoyo. Con motivo de la muerte de una mujer muy anciana que unía a una serie de mujeres mediante el relato de sus propias historias y para seguir con su estela estas mujeres deciden empezar a contar sus historias y entretejer los hilos que las unen las unas a las otras, donde se reconocen e identifican.
La narración de la autora se mueve entre Miami y Cuba, de nuevo una identificación en los límites de la existencia, no poder terminar de pertenecer a ningún sitio , en echar de menos y no poder habitar, en habitar y no echar de menos, en tener que reconstruir la vida y reconstruirse según las circunstancias y las expectativas externas, según la convivencia con la soledad.
El libro se compone de relatos son narrados por mujeres que han vivido afectos y desafectos de toda índole, que saben lo que es el amor a pesar de todo, a cambio de nada, qué asumen que sitio ocupar cuando sabe que las beneficia, que deciden engañarse a sí mismas, huir hacia adelante, amar sin ser amadas, entregarse a cambio de unas pocas horas a la semana, porque las migajas también son pan.
Mujeres que han vivido afectos y desafectos de toda índole, que saben lo que es el amor a pesar de todo, a cambio de nada, qué asumen que sitio ocupar cuando sabe que las beneficia, que deciden engañarse a sí mismas, huir hacia adelante, amar sin ser amadas,
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La autora nos desgrana las almas de las protagonistas, emociones y vivencias con las que resulta fácil empatizar porque todos tenemos un sueño que queremos que se cumpla, uno que no se cumplió y uno que no debería cumplirse por mucho que lo deseemos. Y el equilibrio entre los aciertos y los errores siempre será la clave de cualquier existencia.
Hay que hacer mención también a la preciosa imagen de la cubierta de Amanda Baeza
Puedes hacerte con este libro en tu librería preferida o en la web de la editorial Aristas Martínez
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