Llevamos una semana cojonuda en lo que a libertad de expresión se refiere. Primero el Tribunal Supremo condenó al rapero Valtònyc a tres años y medio de cárcel por delitos de enaltecimiento del terrorismo, amenazas, calumnias e injurias graves a la Corona; después, un juez ordenó el secuestro del libro Fariña, de Nacho Carretero y, para terminar, la feria ARCO retiró una de sus obras llamada Presos políticos, por miedo a las represalias y a la presión mediática… cosa de la que se ha terminado arrepintiendo y emitiendo un comunicado público lamentando su auto-censura.
¿En qué punto exactamente hemos empezado a cagarla de esta manera? ¿Cuándo hemos dejado de ejercer nuestra libertad de expresión haciendo precisamente eso, expresarnos? ¿En qué momento de la historia se nos ha afinado tanto la piel que una sátira política, una crítica o una reflexión artística puede ser motivo de censura o constituir un delito penal en un país democrático?
En España hace 20 o 30 años las cosas eran bastante diferentes en ese sentido. Antes un grupo podía componer satirizando sobre los temas más delicados como el terrorismo, la violencia, los malos tratos o la situación política de un país… es más, la mayoría de nosotros hemos interiorizado esas canciones, que se convirtieron en parte de nuestra adolescencia. Pero hoy muchas serían impensables. Letras del tipo «hoy voy a asesinarte, nena, te quiero pero no aguanto más», de Siniestro Total, o «contigo no hay manera, yo que puse toda mi ilusión en esta violación», de Un pingüino en mi ascensor, posiblemente tendrían consecuencias para sus autores.
Casi con toda seguridad, este 2018 un rapero va a entrar en la cárcel por sus letras. Si muchos de los temas que componen esta playlist se hubiesen escrito hoy día, tristemente, esa celda estaría llena de gente.
Compartimos con vosotrxs esta lista colaborativa llena de apología de los comportamientos más políticamente incorrectos. Llenadla de música inapropiada y amor por la libertad de expresión
Killed by Trend 
Un pensamiento