La parte fácil: Relatos de Ismael Ramos que exploran los bordes de la vida

Pienso que el futuro es un tigre y a nosotras ya nos ha mordido.

La parte fácil, el libro de relatos de Ismael Ramos, fue el primero que adquirí en enero de 2024. Los años nuevos y los primeros libros que eliges para que te acompañen durante el nuevo tiempo por venir hablan siempre de un infinito de posibilidades; también son una declaración de intenciones. En la tarea de elegir nuevas lecturas hay siempre implícito un juego con la intuición, una llamada silenciosa del libro a ese lector que quiera o pueda escuchar el reclamo.

En la página final del libro, en la de notas y agradecimientos, Ismael Ramos escribe que parte de la escritura y posterior revisión del libro tuvo lugar en Olot, durante una estancia en la residencia Faberllull. Pienso mucho en Olot, en sus paisajes volcánicos, y en esas flores que crecen y sobreviven como fugitivas o refugiadas en lugares inclementes. Con sabor a cáscara amarga, los personajes que protagonizan los relatos de Ramos son como esas flores que crecen cerca de la tierra que fue abrasada por la lava del volcán; ya han sido mordidos por ese tigre que, como escribe el autor, es el futuro. Personajes que viven en el fracaso y conservan la esperanza, una tribu de desarraigados, de nerds radicales que no quieren dejar de serlo, de insomnes a la intemperie. Los relatos de Ramos son como esas fotos que nunca se hicieron porque estábamos demasiado ocupados jugando al juego de la supervivencia, transitando la frontera entre las vidas posibles y las muertes insoportables.

En La parte fácil, Ismael Ramos da pequeños mordiscos para hablarnos del pasado, del abandono, de la memoria y de la esperanza; siempre la esperanza, como la que conserva Marcos, uno de los protagonistas de estos relatos, que “llevaba tres años convencido de que en algún momento empezaría a escribir, de que arrancaría y ya no podría parar: una frase tras otra, un capítulo, dos, veinte. Compraba cuadros baratos en Tiger, casi todos grandes y con cubiertas sobrias. Los paseaba por casa, por la ciudad (…) no se trataba de alcanzar el éxito, sino de huir del fracaso.” Me he reconocido en Marcos y en ese acto, en mi caso compulsivo, de comprar cuadernos también de Tiger, porque las páginas vacías de los cuadernos nuevos rebosan de deseo, de porvenir. Quizá la vida para muchos tan sólo sea una eterna huida del fracaso.

No dejen de leer a Ismael Ramos, escribe con inmenso talento, una escritura cargada de poesía y que explora de manera excelente los bordes de la vida. Ya saben, en los bordes está todo.

La versión en castellano de La parte fácil ha sido editada por Las afueras, traducida del gallego por el propio Ramos. Llega el verano y quedarse con los libros de la editorial.

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